La cumbia en Perú expone todos los días el rostro de una mujer. Mujeres sencillas, espontáneas que nacieron en barrios populares. Desde pequeñas mostraron un talento especial para el canto sin ir a escuelas de música. Pronto, más rápido de lo que ellas imaginaban, fueron descubiertas por los líderes de agrupaciones locales donde trabajaron incansablemente para hacerse conocidas. Ahora trabajan en agrupaciones de proyección nacional e internacional.
¿Cómo se posicionaron todas las mujeres que hoy encantan las fiestas locales y regionales? ¿Qué comunica la expresión femenina en este genero musical?
El negocio de la cumbia peruana se mueve con letras al amor y al engaño, generalmente. Las mujeres cantantes lanzan, cada una de ellas, su estrategia y se adaptan al estilo y tendencias actuales. Aunque en la década de 1980 y 1990 la presencia de la mujer en la cumbia no era determinante, después del 2000 aparecieron y tomaron fuerza voces femeninas que hoy en día tienen vigencia no solo en escenarios, radio o TV, sino en redes sociales.
Ellas tienen rasgos mestizos; y su procedencia provinciana las acercan al pueblo, a las masas, y esto se suma, en la mayoría, a su juventud, sensualidad y carisma para cautivar a todos. Si bien cada una tiene una voz particular, a todas las une un punto en común: se convierten en los rostros musicales de sus agrupaciones para conseguir presencia en medios de comunicación.
Reinas de las redes sociales
Una de las estrategias que siguen las reinas de la cumbia es el uso de sus cuentas públicas de redes sociales como el soporte para lanzar contenidos: producen sus fotografías y videos, se muestran sexis, divertidas y llenas de vitalidad. Además, Spotify se convierte en un soporte importante para encontrar su música o la de las agrupaciones donde cantan: Maricarmen Marín tiene 139 mil oyentes mensuales; Corazón Serrano, 170 mil; Marina Yafac, 18 mil; Katy Jara, 22 mil; Deleites Andinos, 17 mil; Puro Sentimiento, 61 mill, entre los más destacados.
Se vuelve más común usar las transmisiones en vivo o storiespara compartir sus experiencias de vida, giras musicales, sus canciones, sus estilos de vida y de vestir. La meta es volverse más cercanas a sus públicos objetivos y ganar reputación digital. Pero detrás de todo esto, encontramos a mujeres que pasan muchas horas de sacrificio sobre el escenario, cantando y bailando, y viajan de una región a otra en pocos días. Es común las pocas horas de sueño.
Porter Novelli Peru encontró que el 90% de las cantantes usa de manera regular sus redes sociales, siendo Instagram la preferida, seguida por Facebook y Twitter. El 10% restante no usa de manera regular o no tiene una red social activa. Juntas, llegan a un alcance de más de 9.4 millones de seguidores únicos en estas redes sociales.
A inicios de los 2000, sin redes sociales en un Smartphone, una jovencita Maricarmen Marín empezaba a ser conocida con la agrupación Agua Bella, y Rossy War pisaba fuerte en las radios a nivel nacional (actualmente continúa con presentaciones en Perú y otros países), afianzando el paso de las orquestas femeninas. Por la misma época, además, ya se conocía en el norte del país a quien ahora se llama “La faraona de la cumbia”, Marisol Ramírez. ¿Quién pensaría que 20 años después seguirían vigentes?
Esto no es todo. El estudio realizado por Porter Novelli Perú da cuenta que el 25% de las cantantes de cumbia monitoreadas le brinda importancia a publicar contenido audiovisual con su canal de Youtube. Aquí, Maricarmen Marín cuenta con 172 mil usuarios suscritos a su canal; Katy Jara, Joa Geraldine, Briyit Palomino y la Tigresa del Oriente encabezan la lista.
Sin duda, la presencia de la mujer en la cumbia peruana no solo predomina en los escenarios, en las portadas de los medios, en Spotify o en la radio, sino que genera importante contenido visual y está ligada tanto a los cambios de la tecnología, la moda, la publicidad y las redes sociales que las convierten, quizás sin proponérselo, en modelos a seguir.