Pero, ¿cómo sucedió todo esto? Más allá de las cosas que vendieron muchos para costear pasajes, de los préstamos, de pernoctar en plazas o calles, el peruano supo comunicar un mensaje absoluto en cada cántico de hincha incondicional, en cada lágrima por los goles de Carrillo o Guerrero, o por cantar el Himno Nacional a todo pulmón antes del partido contra Dinamarca.
“¡Canta blanquirroja esta canción, de corazón, que poco a poco volveremos al Mundial, una vez más!”.
Y no solo el peruano que estaba en Rusia, sino el peruano que alentaba desde las redes sociales: transmisiones en vivo, videos o fotos en Facebook, stories en Instagram, análisis breves en Twitter, comentarios en Youtube. Hashtags #ArribaPeru, #ContigoPerú, #Capitan, #VamosPeruCarajo... Todo era monitoreado por la FIFA.
“Este premio es para los aficionados de la selección que han hecho todo esto posible. A nuestras familias, que siempre creyeron en nosotros, a todos los grupos de peruanos, muchas gracias", dijo uno de los portavoces de la hinchada durante la premiación en Londres.
Y para terminar, el hashtag del momento: #LaMejorHinchadeDelMundo